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En los últimos años, las leyes que regulan la compra y venta de autos usados en Estados Unidos han experimentado algunos cambios importantes para proteger a los consumidores. Una de las regulaciones más destacadas es la “Lemon Law” o Ley de Protección al Comprador, que garantiza que los vehículos usados vendidos por concesionarios cumplan con ciertos estándares de calidad y no presenten defectos graves. Si un auto usado tiene problemas importantes que no se mencionaron al momento de la compra, el comprador podría tener derecho a un reembolso o a que se repare el vehículo.

Otra ley importante es la relacionada con el millaje. Los concesionarios deben proporcionar información precisa sobre el kilometraje del vehículo, y falsificar o manipular esta cifra es ilegal. Como comprador, es importante estar al tanto de esta regulación y verificar siempre el historial del vehículo para asegurarte de que la información sea correcta.

Además, es recomendable informarse sobre las garantías que pueden ofrecer los concesionarios de autos usados. Muchas veces, los compradores pueden solicitar una garantía extendida que cubra reparaciones futuras, lo que proporciona mayor tranquilidad al adquirir un vehículo usado.

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